Las vacaciones de verano llevan tiempo demostrando que son la época del año en la que más separaciones se producen. En España, uno de cada tres divorcios tiene lugar en período estival.
Desde que se legalizó el divorcio en nuestro país en 1981, las cifras no han parado de crecer y el fantasma del divorcio se hace más visible a la vuelta de las vacaciones de verano y en enero, después de Navidad. Esto se produce porque durante el año, cada cónyuge es más independiente y cuenta con una ‘zona’ (trabajo, gimnasio…) en la que su pareja no entra. Pero durante las vacaciones esa independencia se acaba con el fin de la rutina.
Además, mientras no trabajamos tenemos más tiempo para pensar. Las vacaciones nos dan una oportunidad para reflexionar, para saber cómo queremos que sea nuestra vida…
Cuanto más tiempo pasamos en pareja, más palpables se hacen los problemas propios de la convivencia. Pequeñas rencillas que estaban latentes afloran en los meses de vacaciones, además de aparecer otras nuevas. Y todas ellas deterioran la relación, desembocando, en muchos casos, en otro divorcio postvacacional.
No existe ninguna fórmula mágica que prevenga de la separación después de las vacaciones. Una buena opción es la de reservarse algún momento del día para disfrutar de aficiones personales. El entendimiento, la transparencia, la paciencia y sobre todo, el diálogo, son clave. Dialogar y ponerse en la piel del otro es esencial para resolver los malentendidos que puedan producirse.
Pero no nos engañemos, plantearse el divorcio no es, la mayoría de las veces, algo que se haga de un día para otro. Siempre se llega a esa decisión después de un tiempo de decepción y de no encontrarse a gusto en la relación.
Con la decisión de separación prácticamente tomada y las vacaciones como detonante final, la mejor opción es acudir a un profesional que esté a tu lado y te entienda, para que te ayude a afrontar la nueva situación de la mejor manera posible. Los mediadores familiares son figuras que desde el exterior de la pareja pueden proporcionarte herramientas para que la separación sea lo menos dolorosa posible.
Escoger a un buen abogado especialista en divorcios también evita quebraderos de cabeza. Los profesionales con experiencia en derecho de familia no solo te podemos asesorar en la mejor forma de llevar todo el proceso, sino que te ayudamos a entender tu nueva situación, los nuevos retos a los que te enfrentas, y la mejor forma de enfrentarte a ellos.